En el pueblo Altamira de Cáceres, en Barinas, el turismo no es masivo. Sin embargo, aquellos que buscan aventuras las pueden encontrar a través de diversos deportes que se realizan en la zona.
El primero es el sistema de tirolina, en el que las personas se deslizan desde la parte superior de una polea y se desplazan por el efecto de la gravedad, sostenidos por un arnés.
Otro de los deportes más conocidos es el rafting. Según quienes lo practican, la corriente de los ríos barineses permite el deslizamiento ideal de las balsas.
Rafting en San Francisco de Yuruaní, Bolívar
El instructor de la ruta salvaje de Yuruaní, Iván Artal, explicó que mientras más paralelo se mantenga el cuerpo y el remo al agua, mejor.
Según Artal, no hay peligro para voltearse y por eso el rafting es tan interesante como trabajo en equipo y superación personal porque siempre existirán errores, pero con la práctica se pueden corregir.
El entrenador comentó que si Venezuela pudiera montarse en una balsa gigantesca y todos remaran en una sola dirección, mientras cada quien hace su trabajo, “sería (un país) muy diferente”.
Isla Larga, en Carabobo
Es un arrecife apacible, de aguas claras y con un fondo marino que es un deleite para quienes les gusta bucear. En ella, se encuentran dos barcos fondeados en los cuales hace años atrás, los capitanes tenían órdenes de ser quemados si eran atrapados en territorio enemigo.
Los trabajadores de la Isla desde hace más de 20 años, Juan e Iris, expresaron que cuando Venezuela pasó a ser de los aliados, los barcos que permanecían en el lugar, bajaron la tripulación y luego los quemaron.
“Tiempo después el presidente Medina Angarita fue quien pide que los barcos fuesen remolcados y traídos a Isla Larga donde se convirtió en un arrecife artificial”, expresó la trabajadora.
Actualmente, 70% de la vida marina yace sobre el sustrato sólido de los barcos. “Algunas personas dicen que son solo fierros, pero no, eso está full de vida marina”, aclaró Iris.
Con información de: Globovisión
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peruvianmountains
La fantástica de la Cordillera Huayhuash es conocido por los picos de 20.000 pies picos punta filudas que atraen a montañistas de todo el mundo. Siete de los picos más altos de Perú se elevan desde este dramática macizo, cuya belleza impresionante se puede ver en la película de aventuras “Tocando el vacío”.
Nuestros desafiantes caminatas de 12 – 14 días cruza ocho pasos o abras rodeados de montañas imponentes y gigantes incluyendo Yerupajá (21759 ‘), segunda montaña más alta del Perú. Nuestra aventura culmina en una subida opcional al Diablo Mudo (17.235 ‘), un pico de la nieve no técnica con vistas panorámicas a toda la Gama de Huayhuash. Cielos azules soleados, las temperaturas diurnas suaves, y una combinación hace que estas montañas sea un paraíso alpino.