Caracas tiene muchas opciones culturales en cada rincón de sus calles, lo importante es aprender a mirar más allá de lo normal. Uno de esos lugares que ningún caraqueños debe dejar de visitar, es el Museo de Arte Contemporáneo de Caracas (MACC) fundado por Sofía Ímber.
Fue en el año 1971 cuando el Centro Simón Bolívar comienza la construcción del Complejo Urbanístico Parque Central. Un lugar que para nosotros es la representación más clara del ser caraqueño, hace unas cuatro décadas no existía. Para su época era considerado el «Desarrollo Urbano más importante de América Latina«. No sólo incluía las residencias, sino accesos comerciales, educativos, oficinas y un área dedicado a la cultura. Este proyecto sin precedentes fue presentado a Sofía Ímber, quién aceptó convertir un estacionamiento y un taller mecánico en futuras salas de exposiciones.
Dos años después, el 30 de agosto de 1973, se dio inicio a la Fundación del Museo de Arte Contemporáneo de Caracas, con la junta directiva presidida por Sofía Ímber.
Fue el 20 de febrero de 1974, horas antes que el presidente Rafael Caldera le traspasara la banda presidencial a Carlos Andrés Pérez, cuando comenzó formalmente sus actividades con dos esculturas del maestro venezolano Jesús Soto y una colección de reconocidos artistas como Adami, Pavlos, Michelangelo Pistoletto, Emilio Tadini entre otros obras cedidas en préstamo desde el extranjero.
La colección del MACC es uno de las más importantes del Arte Moderno en latinoamerica, con representación de todas las modalidades plásticas, entre las que destacan «La lección de esquí» de Joan Miró, «Retrato de Dora Maar» de Pablo Picasso y «El Carnaval nocturno» de Marc Chagall.
Además fue el primer museo venezolano en ofrecer un servicio bibliotecario especializado en arte. Consta de 23.249 metros cuadrados distribuidos en once salas que se exhiben alrededor de 5.000 piezas y su entrada es gratuita para las exposiciones permanentes y temporales.
¡Pura riqueza cultural!
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