Al trasladarnos a los andes venezolanos, el clima cambia vertiginosamente, las montañas nos rodean con su verdor incomparable, las personas nos reciben con más amabilidad de la normal y la comida nos hechiza con su sabor autóctono. Aquí el mejor desayuno que puede probar un turista es una buena Arepa Andina, también conocidas como Arepa de Trigo ¿Conoces su historia? ¡Nos adentramos un poco en ella!
Esta delicia la encontraremos con seguridad en ciudades como Mérida y San Cristobal, representantes fundamentales de los Andes. Comparten su forma y empleo con sus hermanas las arepas de maíz pero su sabor y textura son incomparables. A diferencia de la arepa tradicional, ésta se puede comer sola o acompañada y por su toque dulzón va muy bien acompañada por un chocolate caliente.
¿De dónde surge? Se dice que es una variación de la arepa de maíz tradicional, realizada en el siglo XIX, en el estado Mérida. En esa época los campesinos comenzaron a usar harina de trigo para preparar la masa, ya que en aquel tiempo la región andina era la única tierra venezolana que cultivaba trigo y tenían mayor acceso a ese ingrediente. Desde entonces se ha ido popularizando en todo el país.
Su elaboración es un poco más compleja que las arepas de maíz tradicionales, pero el resultado vale la pena. A diferencia de la arepa tradicional, la andina es horneada y sólo en algunos casos, cocida en budare de leña, para así darle ese toque tostado tan característica.
Esta típica receta también ha llegado al oriente del país, por ejemplo en el Estado Sucre, donde son realizadas las arepas de mayor diámetro ¡Casi como un plato! y de consistencia más tostada, conocida en la región como domplina.
Lo más hermoso de la arepa andina, es que es una representación a su máxima expresión de la cultura de #Venezuela, donde se evidencia que con sólo un poco de ingenio, el venezolano siempre ha buscado la manera de hacer creaciones maravillosas.