Día de la Madre en Venezuela: historia, tradición y una escapada inolvidable

Cada segundo domingo de mayo, los hogares venezolanos se llenan de flores, abrazos y platos favoritos. Es el Día de la Madre, una fecha que va mucho más allá del simple gesto de regalar. Es una celebración con historia, con raíces profundas que combinan amor, espiritualidad y hasta patriotismo. Pero ¿sabías que Venezuela tiene una versión única de esta fecha? ¿Y que puede convertirse en una excelente excusa para hacer turismo nacional?

Todo comenzó lejos de nuestras fronteras. En Estados Unidos, en 1905, Anna Jarvis perdió a su madre. Dos años más tarde, aún con el alma conmovida por esa ausencia, organizó una conmemoración íntima junto a amigos para reflexionar sobre la maternidad, la pérdida y el agradecimiento por la vida. Fue ahí donde germinó la idea: dedicar un día entero a celebrar a las madres del mundo.

Siete años después de insistencia —cartas, reuniones y campañas— el presidente Woodrow Wilson firmó en 1914 el decreto que establecía oficialmente el Día de la Madre en Estados Unidos. A partir de allí, la idea cruzó océanos.

En Europa, la festividad se fusionó con el Día de la Inmaculada Concepción, el 12 de diciembre, dando lugar a una celebración conjunta de la Virgen María y las madres terrenales. Un hermoso gesto que unió lo divino con lo cotidiano.

Esta celebración tuvo himno propio, letra del poeta carabobeño Luis Bouquet y música del compositor Pedro Elías Gutiérrez (sí, el mismo de “Alma Llanera”). Además, se erigió un monumento en honor a las tres madres, que hoy puede visitarse en la calle 136 del sector Camoruco, justo detrás de la Cruz Roja de Valencia. Un sitio lleno de simbolismo y tradición, ideal para incluir en una ruta turística urbana.

En la actualidad, el Día de la Madre en Venezuela se celebra el segundo domingo de mayo, en sintonía con la mayoría de los países del continente. Es un día familiar por excelencia: se cocina para mamá, se le canta cumpleaños aunque no lo sea, se sacan las fotos del baúl y se vive una jornada de cariño puro.

Pero… ¿y si este año le damos una vuelta a la tradición? ¿Qué tal si en lugar de cocinarle, la sorprendemos con un regalo que le ofrezca descanso y renovación?

Una excelente opción es regalarle una estadía en una posada venezolana. Y no hablamos de cualquier alojamiento. Hablamos de esos rincones atendidos por sus propios dueños, donde cada detalle tiene historia, donde el café es recién colado y el desayuno lleva arepitas recién hechas con amor.

Desde las montañas de Mérida hasta las playas cristalinas de Morrocoy, pasando por los verdes valles de Colonia Tovar o los mágicos paisajes del estado Sucre, Venezuela tiene cientos de opciones para vivir una escapada memorable.

Este tipo de regalo no solo beneficia a mamá, sino que impulsa el turismo interno, apoya a emprendedores locales y promueve el disfrute consciente de nuestros recursos naturales y culturales.

El Día de la Madre puede ser más que una fecha en el calendario. Puede ser una oportunidad para reconectar con nuestras raíces, recorrer espacios con historia (como el Monumento a las Tres Madres en Valencia), y fomentar un turismo emocional que pone a las personas en el centro de la experiencia.

Si estás buscando un regalo significativo, duradero y distinto, considera cambiar el perfume por una posada en Los Roques. Cambia el ramo de flores por una caminata entre helechos en el Parque Nacional Henri Pittier. Regálale a tu mamá un momento de pausa, belleza y tranquilidad.

Este Día de la Madre en Venezuela, celebremos con historia, con intención y con creatividad. Ya sea compartiendo un sancocho en casa, visitando un lugar histórico o explorando un nuevo destino juntos, lo importante es rendirle homenaje como solo los venezolanos sabemos: con amor del bueno.


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