La Ciénaga es sin duda alguna la ensenada más hermosa del estado Aragua y quizás de toda la costa venezolana, está situada en el extremo oriental del estado un poco antes de Turiamo.
Se le puede llegar en bote desde Boca de Ocumare de La Costa y en un corto viaje de unos 20 minutos en el que con un 70% de probabilidades se pueden observar los maravillosos delfines acompañando el trayecto. La llegada a La Ciénaga es espectacular, durante la navegación se aparece de repente una ensenada de aguas mansas, poco profundas y cristalinas de todas las gamas de azules imaginables, aguas turquesas y cálidas, verdaderamente un paraíso tropical al mejor estilo de La Laguna Azul, con muchísimas especies de aves marinas por dónde se alce la vista.
Es una ensenada que representa un paraíso para los submarinistas ya que sus formaciones de corales albergan una sorprendente vida marina, además de ser un sitio que sirve de refugio natural y lugar de desove para una buena cantidad de especies de peces e invertebrados. También en estas cristalinas aguas se encuentra un barco hundido que se ha convertido en un arrecife artificial muy visitado por los buzos para disfrutar y fotografiar la fauna marina que allí busca resguardo.
De igual manera es un festín para los observadores de aves, muchas especies de aves marinas y asociadas a ambientes costeros se pueden observar, y entre los meses de septiembre y febrero se pueden encontrar una buena variedad de playeros migratorios de Norteamérica que vienen cada año a nuestras latitudes escapando del frío boreal y buscando alimentos para luego hacer su recorrido de regreso de miles de kilómetros para reproducirse en sus lugares de orígenes.
En La Ciénaga existen 4 especies de manglares; el mangle rojo, el negro, el blanco y el botoncillo. Los manglares ayudan en el mantenimiento de la calidad del agua, reducen la contaminación y contribuyen al equilibrio climático, entre otras bondades.
También este idílico lugar es sitio de anidación de tortugas marinas que están en peligro de extinción como las tortugas carey y verde, pero este frágil ecosistema tiene sus protectores, cómo por ejemplo, la Fundación La Ciénaga (Parapa) que trabajan incasablemente por su conservación y ejercen una labor muy importante en el área educativa a todos los pobladores, pescadores y lancheros para que mantengan un respeto por las especies en peligro y que estén conscientes que su sustento y supervivencia dependen totalmente de la protección y conservación de este sitio.
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Fuente: El Universal