Auyantepui, Cuna del Salto Ángel

El Auyantepui tiene una altura máxima de unos 2500 m.s.m y en sus faldas y en su cima existe una gran variedad de vegetación endémica y fauna muy diversa sobre todo en lo que a aves e insectos se refiere, lo cual es de interés científico muy relevante.

Es un gigantesco proveedor de aguas en el Parque Nacional Canaima. En temporada de lluvias pueden divisarse decenas de saltos imponentes, muchos de ellos rondando los 200 y 300 metros de altura. Otro salto de agua de magnitud considerable es el Churun Merú de unos 350 mts de altura. 

Es considerado el Olimpo de los Dioses Arekunas, su nombre correcto es “Aiyantepuy”que significa montaña del infierno, aunque se define a menudo como montaña del diablo.

La tradición indígena “Pemón” expresa que en su cumbre se encuentra la casa de los “mawariton”, espíritus malignos; y de “Tramán-Chitá” el ser supremo del mal.

Una creación del tiempo

El tiempo y los elementos han producido una erosión de gran calibre geológico, apreciable en las diversas formaciones metareniscas y rocas gigantescas deformadas y socavadas por la acción del agua el viento y el sol, lo que le da esa apariencia tan misteriosa y majestuosa a la mayoría de los tepuyes del Parque nacional Canaima y la Gran Sabana. Incluso muchas de estas formas tienen nombres comunes de objetos o personajes de la vida diaria. 

Es común en estos tepuys y en casi toda la zona, los ríos o riachuelos de color rojizo, algunos con abundantes burbujas en la superficie que dan la impresión de ser algún detergente de uso frecuente, sin embargo todo este fenómeno es producto de los taninos, ácidos orgánicos vegetales en descomposición que ayudados un poco por la acción de la luz solar nos permiten este maravilloso fenómeno que tanto llama la atención. 

Sin duda estos parajes, confiscados por el tiempo y las condiciones adversas de sus climas han confeccionado un hábitat incomprensible a primera vista, al punto de parecer antagónico con la vida, pero en realidad en medio de esta inhóspita atmósfera se logra alzar con fuerza la vida, eso sí, en una batalla comprometida con la subsistencia, con la austeridad de estas cumbres silenciosas.

Se estima que los tepuyes en general tienen una antigüedad de 2000 millones de años.

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