La leyenda más arraigada en las planicies venezolanas y en la mentalidad del llanero, de soga, caballo y sombrero, es esta épica creación poética del aeda barinés Alberto Arvelo Torrealba, que se ha convertido en sinonimia del carácter de nuestros trabajadores de haciendas, fantaseador y levantisco, enamorado, parrandero y pendenciero, retador de imposibles, y soñador, con la seguridad tajante cuando afirma: “el llanero es del tamaño del compromiso que se le presenta”. Florentino es su héroe, y así lo supo captar Arvelo Torrealba, cantador, coplero y vencedor en el reto con Satanás, para beneplácito del peón sabanero, coleador de fines de semana, de franela y alpargatas, serenatero, improvisador y galanteador de las muchachas “buenas mozas”, de peonías en su larga y brillante cabellera.
La escena se representa en una bodega-abasto-bar, típica y arrabalera donde los jornaleros convergen los sábados, luego de una larga semana de faena de ordeño, pastoreo y cimarronera, tomando “caña clara” para alebrestar el ánimo y el gaznate, al compás de un “cuatro” bien afinado y demostrando su versación en un contrapunteo altanero, pretendiendo destacar por su superioridad en esos menesteres; cuando aparece un extraño viandante ataviado con liqui liqui, con botas relucientes sin una mota de polvo, y negro sombrero “pelo é guama”, que no permite ver su cara. De inmediato el desconocido comienza a cantar, desafiando a Florentino, quien acepta la provocación; se cruzan las directas e indirectas de los versos y el protagonista como buen creyente invoca a los santos de su devoción, en un extenso contrapunteo, que concluye con la derrota del “maligno”, para regocijo de los presentes.
“Florentino y el Diablo”, ha sido representado con vistosa coreografía en diferentes manifestaciones teatrales en el mundo entero, significando un aporte cultural invalorable para el gentilicio patrio; también se han interpretado diversas versiones en el cine y la televisión nacionales, y es un clásico de veladas y actos culturales en el estado Barinas. La versión original cantada la realizaron José Romero Bello y Juan de los Santos Contreras, “El Carrao de Palmarito”, en una producción de antología, acompañada con arpa, cuatro y maracas.
¡Conoce nuestras raíces llaneras, escríbenos a: [email protected]!
Con información de: El Universal
llanera
La Historia de florentino quedo sembrada en el llano, florentino el llanero recio y bonachón, la eterna lucha entre el bien y el mal, ejemplificada en esta hermosa narración .
FLORENTINO ME HAN LLAMADO,
QUIEN SE ATREVE A REFUTAR?