La navidad es momento de reunión y encuentro, de felicidad y sabor. En cualquier rincón de Venezuela se celebran un sinfín de eventos religiosos y tradicionales. Al llegar la época decembrina se comienzan a escuchar los aguinaldos, las gaitas y parrandas, que le ponen ritmo y alegría a las fiestas.
También llega a los hogares el espíritu navideño con el pesebre, el árbol de navidad, la corona de adviento y otras manifestaciones típicas de estas fechas. Los niños disfrutan de las patinatas, el nacimiento del Niño Dios y la llegada de Los Reyes Magos.
En el Zulia cuna de los gaiteros, comienza la alegría de la navidad con la bajada de La Chinita, hasta el primer domingo de diciembre.
El Ángel de Amparo es el que marca el inicio de la navidad para los zulianos, su luz tiene años alumbrando la región, cuenta con 1.462 bombillos blancos de 25 vatios con un diseño tridimensional, mide unos 1.20 metros de altura y fue creado por Marcos Jaimes, trabajador del Departamento de Dibujo de Enelven en el año 1971 pero no fue encendido sino hasta 1973. Se puede apreciar de todos los puntos cardinales de Maracaibo.
En sus calles y avenidas se respira aires de navidad, el tradicional paseo de Bella Vista o conocido también como “Encendido Decembrino” llama la atención de todos con sus 16 cuadras de diseños novedosos de luces, que se realiza desde el año 1996.
Otra decoración vistosa se realiza en la Avenida 5 de julio, con un árbol del Banco Occidental de Descuento previsto de coloridas luces. Coorpozulia también celebra con un árbol que se dice es el más grande en su estilo, con más de 1.100 luces y 42 metros de altura.
También hay 3 grandes pesebres que son una tradición en el Zulia, el pesebre de San Francisco o también conocido como el “Pesebre de Saady” que se encuentra en la Avenida 40, las figuras del nacimiento sobrepasan los dos metros de altura, es a cielo abierto para el disfrute de todos los visitantes.
Otro pesebre icónico es el del periódico Panorama, con una puesta en escena de piezas en tamaño real, elaborados en madera prensada y pintadas a mano, llegaron a Maracaibo en el año 1992 procedentes de España y desde entonces su montaje se ha convertido en una tradición para sus trabajadores y visitantes que lo pueden apreciar en el piso uno de la rotativa.
Por último el pesebre de Canchancha, que desde 1958 se mantiene vivo gracias al abuelo Guillermo Cifuentes Montiel, quien en su patio elabora un humilde pesebre para representar el nacimiento del niño divino, con piedras de río, musgo y luces se arma el escenario para acoger a todos los visitantes.
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